En la época del virreinato, el vecino pueblo de Chancay, tenía el nombre de” Villa de Arnedo” nombre que le puso el virrey Diego López de Zúñiga y Velasco (Conde de Nieva), porque le recordaba una villa que tenía en España.
Esta hermosa Villa, estaba ubicada entre el mar y una campiña grande de tierra labrantía; y desembocaba en una amplia bahía, que servía de resguardo o abrigo a las embarcaciones. Estas condiciones hicieron que la nobleza española, la utilizara como de residencia de verano, siendo uno, de los últimos ocupantes el virrey Amat y Junyet.
Muchos años después… el destino quiso que una de las descendientes de este virrey, llegase a vivir a la villa, ahora convertida en ciudad.
La joven Consuelo, llegó en compañía de su esposo, y formaron una familia; pero la felicidad le duro poco tiempo, porque un accidente automovilístico acabó con la vida de su querido Rómulo, dejándola con 6 hijos y en el más completo desamparo. El dolor que le causo la pronta partida del ser amado, sumió a Consuelo en una profunda tristeza, dedicándose todo el tiempo a escribir poemas de amor, hasta que las necesidades económicas por las que atravesaba la familia la hicieron volver a la realidad.
Con el poco dinero que aún le quedaba, doña Consuelo compra un terreno lejos de la ciudad y cerca al mar; allí construye un pequeño hotel llamado “Villa Madre Perla” a unos pasos se encontraba un acantilado y sobre él, edifica una pequeña “Casita Mirador” que servía para que sus huéspedes vean con más comodidad el mar y de paso puedan ubicar el lugar donde fue hundido el buque chileno “La Covadonga”. Con las ganancias que producía el negocio del hotel, decide construir un castillo al estilo medieval al borde del acantilado, junto a la casita mirador. Después de cada día de arduo trabajo, cuando el sol caía en el horizonte, ella misma diseñaba los planos del castillo,-igual al que había visto en sus sueños-Después de diez años Doña consuelo vio realizado su sueño…
Hoy en día doña Consuelo es recordada por los Chancayanos como “la loca linda” porque fue capaz de hacer su sueño realidad…
En noches de luna llena, los pescadores creen ver las siluetas de una pareja de enamorados, caminando por la orilla del mar en dirección al castillo. Luego suben por las es caleras a la torre más alta donde muy juntitos contemplan el horizonte marino. La tradición cuenta que la bella Consuelo construyó el castillo con la intención de perennizar en el tiempo todo el amor que le tuvo y/o le tiene a su querido Rómulo.
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